Cuando él y Emma iban a un restaurante, él siempre era incómodamente consciente de las personas que comían solas. ¿No estaban a disgusto? ¿No se sentían solas? No se le había ocurrido hasta ahora que quizás estuvieran comiendo solas por decisión propia, o por toda una secuencia de decisiones que las había conducido a un solo plato, un solo vaso, un solo periódico abierto, un libro.

Paula Fox
, "Pobre George".

miércoles, 7 de mayo de 2008

Ferocidad y malas lenguas

Feroces. Radicales, Marginales y Heterodoxos en la última poesía española

Isla Correyero

Ediciones DVD, Barcelona 1998.

En mi opinión, sólo existen dos tipos de antologías. Especialmente de antologías poéticas. Hay antologías pasadas y antologías futuras, antologías que resumen una historia o que abren ventanas a mundos por conocer.

Por otro parte a las antologías poéticas casi siempre les sobra la mitad del texto. En las antologías pasadas sobran los poemas. Generalmente el poeta y su obra son conocidos y – en el mejor de los casos – el interés está en un análisis novedoso, detallado, culto u original del crítico, de modo que el poeta sale a verso suelto entre el texto y en las notas a pie de página. Los poemas, no hacen falta.

En las antologías futuras sobra todo lo que escribe el crítico. Lo interesante está en los poemas: abren nuevos frentes, presentan nuevas formas, nuevos ritmos. Por supuesto me quedo con estas, pero estoy seguro que - en este caso - futuro y pasado se ciñen estrictamente a la historia personal de cada uno.

Este libro llegó a mis manos gracias a Pablo. Y a mí me parece la antología perfecta. Los poetas se presentan a sí mismo con mayor o menor pudor, pero contenidos. La selección abre un horizonte original y amplísimo que me llevó a descubrir a poetas estupendos y desconocidísimos – para mí - como Pablo García Casado, David González, Jesús Llorente, Miriam Reyes y otros que no recuerdo o que he seguido menos. También me empujó a la costumbre abrir los libros de poesía en las librerías aunque no me suene nada quien los firme. Nunca se sabe.

Recuerdo una ocasión en casa de Pablo en la que Alfonso, un amigo suyo recién incorporado al cuerpo de los profesores de literatura de instituto, nos contaba que usaba este libro frente a sus alumnos como muestra de que palabrotas y tacos también tienen cabida en la literatura. Una experiencia iniciática. Como este libro. Como esta editorial de libros blancos que casi abría su colección con los Feroces.

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